Las fuerzas de producción desencadenan acontecimientos históricos frente a los cuales el ser humano se ve abocado a reaccionar. Los medios de comunicación fomentan la confusión a la hora de esclarecer un suceso, y los libros de historia nos ofrecen una interpretación de los hechos que cabe cuestionarse a través de un ejercicio de abstracción, como lo hacen las artistas Marina Camargo y María García Ibañez a través de la relación de obras que se presentan en EXTREMOS ABSOLUTOS.

Marina Camargo, consciente de los intereses económicos que deformaron el continente de América del Sur, revierte los mecanismos que articulan una imagen para poner en cuestión los sistemas que se asientan detrás de su construcción. En relación a los signos que maneja una cultura y la constitución de América – concepto que nace de la colonización-, se establecen unas relaciones de dominio que van mucho más allá de la política y la economía cuando éstas desaparecen. El sociólogo peruano Aníbal Quijano habla de otras formas de control a través de la relación cultural con occidente:

Consiste, en primer término, en una colonización del imaginario de los dominados. Es decir, actúa en la interioridad de ese imaginario. (…) En adelante, los sobrevivientes no tendrán otros modos de expresión intelectual plástica formalizada y objetivada, sino a través de los patrones culturales de los dominantes, aún si subvirtiéndolos en ciertos casos, para trasmitir otras necesidades de expresión.”

Dentro del marco de la reflexión que hace Quijano, Marina Camargo vierte su subjetividad en una serie de mapas que relacionan espacio, tiempo y memoria, mapas que se dibujan desde una mirada crítica con el extractivismo colonial y que al mismo tiempo nos recuerdan la fragilidad de una naturaleza al servicio del ser humano, buscando su máximo rendimiento y productividad pero causando también una transformación radical de los ecosistemas terrestres, hoy muy deteriorados dada la celeridad con la que han sufrido estos cambios.

Marina Camargo, Mapa-mole (Atlântico Sul) e Topografia de Cratera #1, 2020.

En la obra de  María García Ibañez, el proceso lento se convierte en un fin en si mismo que desvela la futilidad de una realidad aparente. Su trabajo recala en sistemas de células, entendidas estas como la unidad mínima de representación que le permiten a la artista articular otras relaciones entre materialidad y representación. Entre el mensaje y la estructura que lo forma y sostiene.

María García Ibañez crea en su estudio un laboratorio para el análisis de una naturaleza, con el ánimo de subvertir el aparente cahos de la misma. Las aptitudes y competencias que tiene el ser humano para analizar y estudiar su medio, son cualidades que diferencian al hombre del resto de animales. El análisis científico nos permite transmitir información sobre lo que no se ve pero existe, y ciencia y arte comparten su capacidad especulativa. Ampliar un acontecimiento inútil, aislar un movimiento repentino, seleccionar un gesto y engrandecerlo hasta que nos perdamos en el sonido que lo enuncia, el grano que lo fotografía o el verbo que lo nombra, nos brinda la oportunidad de reinterpretar los acontecimientos que nos son dados, de entender la historia tomando nuevos puntos de referencia.

Marina Camargo, Continente dobrado (América do Sul), 2019.

Extremos Absolutos

Exposición de Marina Camargo + María García Albañez

Galería Punto (Valencia, España) de 25/07 al 10/09/2021

Texto de Violeta Janeiro

Registros de Jorge López